lunes, 31 de julio de 2017

Mujer maltratada



¡Cómo duele!

Hoy es uno de esos días en los que me tocan y lloro. Duele el maltrato, la humillación, los golpes de quien ha jurado amarte. Ese "hombre" que te promete amor eterno, el que trata de convencerte desde hace años que hará de ti algo mejor y solo ha logrado pisotearte. 

Hoy te encuentras en el subsuelo por la ambición y manipulación de ese patán, quien te ha engañado como ha querido y has sido víctima de atrocidades impensables para los que todavía somos humanos y conservamos valores e inocencia. 

Tú, tan bella y perfecta, con un cuerpo prodigioso y digno de admirar. Cautivas los sentidos, absorbes la atención, cualquiera queda embelesado al recorrerte, cualquiera quisiera tenerte. Tú, tan rica en cultura y en recursos, tan llena de historias hermosas ¿Cómo soportas tanto sufrimiento? ¡Te admiro, te quiero! Tu temple, semblanza y cordura van mas allá de mi lógica. Pero, ¿Es prudente que yo pida que exista lógica? Si estamos en presencia de una locura ¿qué me hace pensar que la lógica te ayudará.? 


Es angustiante ver cómo recibes golpe tras golpe y colocas la otra mejilla. Peor aún, ver cómo tus hijos vestidos de verde dicen amarte y en su mano tienen el arma con la que asesinan a sus propios hermanos. El amor se demuestra con hechos, no con palabras ni con ilusiones. Esos que profesan su amor hacia a ti no merecen ser llamados hijos, esos que defienden a un padre embriagado de poder y drogado de ignorancia, no merecen si quiera un pedacito de tu ser. 

Quiero verte feliz, como antes. Quiero que termines de tocar fondo (sí, aún más) para admirar tu renacer y complacerme con tu recuperación. Ansío el momento en el que podamos demostrarle a las madres de nuestros valientes hermanos caídos, que sus muertes no fueron en vano, que ellos sí demostraron su amor incondicional con acciones heroicas. 

Solo me reconforta saber que cuentas con millones de hijos que te aman, te valoran y luchan dentro y fuera de tu alma. El bien tarde o temprano siempre gana y nosotros ya somos triunfadores porque el tiempo demostrará que "estamos del lado correcto de la historia."

Te amo ¡VENEZUELA! 

Adriana Samaniego

jueves, 20 de julio de 2017

¿Amo o esclavo?

Cuando eres esclavo de tu mente esta se adueña portentosamente de tus emociones, de tu cuerpo, de tu alma, convirtiéndote así en un robot sistematizado, manejado por el ensimismamiento de la conciencia. Esto ocurre cuando nuestros pensamientos se comportan como meteoritos, cuando las actividades y el ajetreo diario nos apartan de la realidad y evadimos el presente, el único lugar donde la vida existe.
El pasado ya no es y el futuro no es todavía. -San Agustín. 
Viajar al pasado sirve para analizar nuestras conductas actuales, funciona para detectar en el presente alguna situación similar regalándonos la oportunidad de actuar diferente. Lo importante es no quedarse anclado cargando el barco, sino aprender a navegar y elevar las velas, ser el capitán del viaje. 
Parque del Este. Àvila. Venezuela
Un viaje que produce incertidumbre, cuando lo emprendemos pensamos ¿y ahora qué? ¿Qué irá a pasar? ¿Doblo a la derecha o a la izquierda? Actuamos sobre la base de que muy pronto nos encontrará la tormenta llamada: futuro. Y vivimos pensando en él, a veces hasta dejamos de lado todo lo que somos, empeñados en conseguir las respuestas a las interrogantes que este tiempo trae inmerso, dándole paso a la ansiedad, la bff del estrés.

Sin embargo, existen varias soluciones o alternativas que pueden traernos de vuelta al “aquí y ahora.” Una de ellas es el yoga, actividad que particularmente me produce bienestar mental, emocional, espiritual y físico, porque puedo presionar el botón de STOP y detener tanto movimiento inconsciente.
Las dos piezas mas importantes de equipamiento que necesitas para hacer yoga son tu cuerpo y tu mente. -Roodney Yee.
Al momento de practicar yoga pueden aparecer pensamientos o preocupaciones que nos impiden el paso hacia la paz. Es preferible evitar suprimirlos, molestarse o inquietarse, al contrario, debemos mirarlos de frente, aceptarlos y dejarlos pasar. Convertirlos en forma de nube es un ejercicio que ha resultado, los veo, acepto e imagino una línea horizontal en el cielo donde pasan de izquierda a derecha, luego se disuelven y vuelvo a la práctica, a la respiración consiente, a escuchar al cuerpo y buscar la armonía en las posturas. En las primeras prácticas puede existir la falta de concentración, pero poco a poco conseguirás el objetivo. La vida es un proceso, todo lleva su tiempo y cada quien está en el suyo, solo disfrútalo.
Stop en algún lugar...

Otro método que utilizo cuando estoy muy desconcertada de tanta algarabía, es agudizar el sentido de la vista, sobre todo detallar la naturaleza. Es un óptimo ejercicio porque logro disolver los pensamientos viendo una montaña, un animalito. Observar a la gente, prestar atención, detallar algún objeto o persona, ver de qué estamos hechos, saber que cada cabeza es un universo, donde cada quien tiene su lucha y sin embargo estamos de pie, estamos vivos.

Es por ello que debemos saber identificar cuándo la mente está jugando con nosotros y la invitación consiste en presionar el botón de STOP de vez en cuando. Aceptar todos los pensamientos, sí, pero no ser cautivos de una mente inquieta. Aprender a controlarla, ayudarla y mimarla es lo que nos hará libres, cuando la perspectiva cambia todo a tu alrededor también lo hará.

Adriana Samaniego