martes, 19 de septiembre de 2017

¿En qué época del año sueñas?


Otoño, época en que caen las hojas pero los árboles se mantienen firmes a su esencia y composición natural, sus raíces siguen aferrándose a la tierra y creciendo en abundancia sin que nadie las perciba. La excusa perfecta para dejar caer las viejas creencias, los paradigmas, las penas. Sin olvidar de dónde venimos, sin dejar atrás nuestros valores, dando pasos contundentes y firmes a través del tiempo. 

"Si no suma que no reste"

¡Qué bello color tiene otoño! Amarillento, como los rayos del sol, naranja como un lindo atardecer, marrones, verdes. Las hojas caen como las lágrimas de un niño perdido en el parque, o como una madre alegre viendo a su hijo nacer. Tú decides, si ríes o lloras, lo cierto es aprender a despojarte de todo lo que no te deja alzar el vuelo. Vacía tu alma de todo aquello que te resta y así dejarás entrar lo que te satisface, lo que te hace feliz. 

La naturaleza es tan sabia que el otoño despoja a los árboles de todas sus hojas y los prepara para el invierno. Un invierno que invita a la reflexión, donde se congela todo menos los sueños. Deja árboles sin abrigo, desnudos, sin nada, únicamente con sus raíces y principios donde pasan por momentos difíciles y están a prueba sus capacidades de resistencia.

Pero ¿Qué pasa después? Comienzan a florecer los proyectos, metas y sueños en Primavera y empieza a cobrar sentido ese momento intenso de reflexión. Entendemos los por qué, observamos y nos emocionamos con los colores de las flores, su inmensa variedad, vemos la etapa de crecimiento de los frutos de los árboles y esperamos el Verano con entusiasmo para liberarnos del frío interno que aún queda por quemar. En fin, todas las épocas del año tienen su encanto, sus ventajas y desventajas las cuales debemos asumir y tener en cuenta para cumplir nuestros sueños.

"El mundo necesita soñadores y hacedores"

Todos los seres humanos tenemos sueños, pero mientras más realistas sean, más satisfechos estaremos al caminar hacia ellos. Porque no debemos insistir en algo ilógico, en alcanzar un ideal que no existe. No podemos perseguir estrellas fugaces, porque podemos perder el cielo, eso que está ahí, que siempre te acompaña. 

Es por ello, que la invitación es a seguir luchando en cualquier lugar o época del año que te encuentres, pese a la tempestad y obstáculos en el camino. Encuentra un motivo, recuerda por qué te levantas todos los días, cuál es tu razón de vivir. Valora y aprecia todo a tu alrededor, manten tu cable a tierra firme pero disfruta la oportunidad de hacer volar tu mente. Has que tus pensamientos se desvistan, que tus prejuicios sean efímeros y que tu sonrisa sea un faro de luz para el universo. ¡VIVE Y AGRADECE! 

Adriana Samaniego.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Multicultural




Disfruta lo que parece cotidiano...

Estoy sentada en un lugar encantador, acogedor, de esos que inspiran al alma y motivan el corazón. Me fascinan los lugares novedosos, creativos y que te hacen sentir como en casa.

La gente sólo ve lo obvio, no lo sutil
Hace poco me preguntaron ¿Cuál es tu hobbie? Pues, siempre contestaba leer, hacer yoga cuando puedo, escribir desde hace años «escondida.» Pero, ahora agregué a la lista uno que no tenía idea que podría hacer: vivir la experiencia de conocer otras culturas. Porque uno puede meterse en internet e investigar cuando te interesa algo, por ejemplo, conocer la comida peruana, pero otra muy distinta es que tu paladar disfrute esos sabores hechos directamente por sus patriotas. La curiosidad, las ganas de conocer, de investigar despierta en nosotros el punto mas álgido de la motivación. Por mi parte, ahora busco probar una comida exótica o de varios continentes, leer un libro de un autor desconocido, saber la historia de otro país, hablar con un extraño y escuchar su historia, sus tradiciones, sus costumbres. ¿Será un hobbie? No lo sé, pero quiero seguir caminando, observar, iluminar mi parte y continuar.

En fin, después de hacer andar mis pies hacia ninguna dirección, capturó mi atención una cafetería pequeñita. Decidí entrar porque siempre tengo ganas de tomarme un buen café, para mi sorpresa el lugar de pequeño no tenía nada. Era grande en idea, concepto, colores, decoración y ahí me quedé. Aquí estoy escribiendo estas líneas.
Lugares mágicos
Un lugar donde puedo percibir la vitamina de los rayos del sol, donde las plantas están haciendo su proceso de fotosíntesis, al mismo tiempo que estoy escribiendo lo hermosas y coloridas que se ven. Que rico poder invertir el tiempo en cultivar la mente y los sentidos, enriquecerse no se compara con un par de zapatos nuevos (aunque estos ayudan a subirse el ánimo en ocasiones) jaja. Lo que quiero transmitir es que me ha encantado estar en un lugar multicultural, siempre busco sitios donde pueda detenerme a observar y conocer distintos conceptos visuales, tangibles o intangibles.

Recupera la capacidad de asombro
El metro, mi bff, también ha sido un gran teatro donde existen unos personajes increíbles, colombianos, haitianos, peruanos, venezolanos, mexicanos, brasileros, hasta estadounidenses. Cada uno con su idioma, su forma de vestir, su lenguaje corporal muy distinto al otro. Ahora juego a identificar a los venezolanos y me ha resultado, con solo verles la cara digo "este es venezolan@" A veces acierto y hasta con una sonrisa cómplice nos saludamos entre paisanos.

Lo cierto es que estas instancias despiertan tu capacidad de asombro, sacuden tu interior y hacen que el viaje sea mas atractivo, didáctico. Porque eso es la vida, un viaje, con paisajes oscuros ó despejados, donde hay que remar aún sabiendo que el río desemboca en la muerte, lo único seguro que tenemos.

Por eso muévete, camina sin tropezar a nadie y haz el bien. Siempre digo "este mundo es muy pequeño" y la vida se ha encargado de confirmarlo una y otra vez. Además, me gusta estar tranquila y en paz con mi consciencia, esa energía la expiras al universo y este te la retribuye como un boomerang. Solo cierra tus ojos, internaliza y piensa en un detalle bonito que hayas tenido en el día ¿Disfrutaste un delicioso café? Con eso basta ¡Qué buen regalo!

Adriana Samaniego