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Joel:
“Hoy desde esta silla de ruedas, soy el hombre más feliz de la tierra, me
siento con más capacidades que nunca, le encontré el sentido a mi vida, gracias
a Mariana. El ego se disipó, las ganas de impresionar a los demás
desaparecieron, la búsqueda de aceptación social terminó. Descubrí que todo
está adentro, que si quiero que los demás me quieran debo amarme primero. Ahora
entiendo lo absurdo que fui al pretender ser otra persona, ese deseo
desenfrenado de aparentar algo que no existía no era mío, era inculcado ¡que
asfixiante! No entiendo como nosotros criticamos a la sociedad por los patrones
que impone, pero nosotros somos parte de esa sociedad ¡Qué paradójico!”
Y con este fragmento de
algo que estoy escribiendo, quiero preguntarte ¿hasta cuándo? Hasta cuándo vas
a permitir que una persona te diga cómo “debes ser” ¿cuál es tu límite?
Recordemos, somos seres
humanos diferentes, con criterio, eso nos distingue de los demás seres vivos.
Por ello, es absurdo pretender manipular y hacer creer a una persona que debe
ser de determinada manera porque sino es un “fracasado” o debe tener tales y
cuales cosas para ser alguien en la vida ¿y si soy feliz en lo que tú llamas
“fracaso”? ¿te importa verdaderamente mi felicidad?
Si ni siquiera somos lo
que nosotros creemos de nosotros mismos, ¿cómo vamos a dejarnos influenciar por
el pensamiento errado de los demás sobre nosotros? Sí, resulta difícil sobre
todo cuando la persona es alguien cercano, pero, siempre es necesario hacer cumplir
límites. No permitas ofensas, la gente debe aceptarte como eres, sino toma
distancia.
Alejarse no es una forma de
huir, es sanar. Es encontrar la paz que a veces no encuentras en casa, en el
trabajo, en esas relaciones familiares tóxicas. Te van a criticar por tu distanciamiento,
pero no se preguntarán ¿por qué se alejó? ¿qué hace que no llegue a la casa y
me evite? Hay dos tipos de personas, las que te darán las herramientas para
mejorar la relación o las que prefieren seguir culpándote de todo, juzgándote y
quedándose cómodas en el sofá señalando con el dedo sin ver sus propios
errores.
Joel, antes de quedar en
silla de ruedas, casi se cree lo que le decía su mamá “Eres un fracasado” “No
tienes nada” “No sirves” Pero su alma era tan fuerte y noble que sigue luchando
por cubrir los gastos que ella genera. Es el hombre mas trabajador del mundo.
Desde pequeño fue responsable con las labores del hogar, trabaja desde los 15
años. Logró independizarse y estudia en la mejor Universidad que existe: la
vida. Valentía, es una de las materias en las que tiene honores.
¿Fracasado? El éxito de la
vida no está en vencer siempre, sino en no darse por vencido nunca. Y eso eres
tú Joel. Un guerrero.
Adriana Samaniego.
Instagram: @asiloveoblog
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