Para
que salga tiene que haber lluvia, tormenta, y colores grises. A veces sale y la
lluvia sigue haciendo acto de presencia para recordarnos que está ahí, que
gracias a ella lo vemos.
Unos
colores más alegres que otros, pero todos necesarios para formar un armonioso
paisaje. Así debemos ver cualquier proceso, a pesar de que todos los días tengo
presente a los míos, de que aun llovizna en mis mejillas, hay que buscar el
arcoíris.
Un
arcoíris que poco a poco se va formando y agradezco enormemente verlo crecer.
El recibimiento, la acogida familiar, caminar con la tranquilidad que cualquier
ciudadano merece en su país natal, respetar al otro, tener muchas opciones para
elegir lo que quieras, sin que nadie controle cuántas por persona, todo eso y más
son colores que se valoran.
De
vez en cuando aparece la tormenta de la incertidumbre, los rayos de “qué va a
pasar ahora” el sol y la nube mental discuten a ver quién puede más, ambos
dudan de si mismos. Pero ellos saben que en algún momento se van a tener que
abrazar, van a tener que ponerse de acuerdo y entrar en armonía para que juntos
puedan convivir y hacer lo que mejor saben hacer: el arcoíris.
No hay comentarios:
Publicar un comentario