lunes, 7 de octubre de 2019

Tablero de visualización




Vision board
De un tiempo para acá han cambiado varias cosas. Aparte de la transición del alma, lo único seguro que tenemos en la vida es el cambio. Lo he mencionado en escritos anteriores, pero este es muy especial para mi, porque puedo decir que no soy la misma persona de hace unos meses, ni siquiera de ayer.
Hace poco pensé lo bonito que sería toparme con gente del pasado en este momento, para que volvieran a conocerme. Decirles: “mucho gusto, esta soy yo hoy.” A pesar de que uno mantiene ciertos patrones, conductas, o la esencia misma, siento una gran diferencia. Cada día trabajo por ser mejor, aprender y nutrir la mente, es necesario analizar a diario de qué alimentas tu vida, tu alma. Tocando este punto quiero recomendarles el podcast “De qué tiene hambre tu vida” en Spotify, me encanta todo el contenido. Los podcast han sido clave en esta etapa evolutiva, ayudan como terapia, pero este es otro tema, tengo varias recomendaciones de gran utilidad.
De oruga, a mariposa…
En esta transformación, rodearme de gente que me inspire y me haga crecer ha sido fundamental. Siento que el entorno no es casualidad, cada persona que llega a tu vida lo hace en el tiempo justo y tu alrededor no es más que un reflejo de ti mismo. ¿Te gusta lo que ves? Si la respuesta es negativa, siéntate, medita, observa dentro de ti, genera el cambio interno que necesitas y comenzarás a ver cosas hermosas.
Una de ellas la experimenté este sábado. Un grupo de amigas y yo, nos reunimos para hacer el famoso visión board (tablero de visualización) antes de esto logré ver el documental “Heal” y “El Secreto” material justo y necesario que toda persona debe conocer. Es increíble el poder de los pensamientos, tanto en el cuerpo humano, como en el cumplimiento de tus metas y sueños. A todo aquello que le damos energía, el Universo dirá SÍ, no importa si son cosas negativas o positivas, simplemente lo atraerás.
imagen de Google. Documental de Netflix Heal.
La experiencia
El tema es que quiero dejar registrado por esta vía todo lo que sentí al realizar el tablero junto a personas especiales. Ese día, según Estefanía, (gran amiga) había luna cuarto creciente y debíamos cortarnos el cabello, yo no le paro mucho a este tipo de eventos lunares, peeero me encantó la idea, mi cabello lo requería. Después de la peluquería, llegamos con la mejor de las energías a plasmar todo en nuestro tablero de sueños.
Previamente había buscado en internet algunas imágenes específicas que quería colocar, fotos con mi familia, con mi sobrina -para que ocurra el reencuentro más deseado- Adicional a eso llevamos revistas, la parte más cool fue buscar recortes y frases con las cuales me identificaba.
Al principio me costó bastante ver cómo organizar las imágenes, pensaba demasiado, tenía muchas ideas en la cabeza, empecé a sentir que tal vez lo estaba haciendo mal. Trataba de ser “realista” con los sueños, hay cosas que creo muy difíciles de lograr, pero el tablero consiste en eso: en colocar desde pequeñas cosas como “tomar más agua todos los días” hasta “ganar un viaje.” Luego hice un stop mental, me percaté de los viejos patrones, estos se estaban apoderando del momento: pensar mucho las cosas, darle vueltas a la cabeza, calcular movimientos, espacio, etc. Decidí disfrutar el momento, dejó de importarme cómo se vería y me concentré en su verdadero significado. Además, al hacerlo con amor el resultado surge solo.
Fue así como mis amigas terminaron su tablero y yo no jajaja. Ni modo, después de pasarla tan rico nos despedimos y cada quien se fue a su casa. Yo estaba tan motivada y emocionada que llegué a hacerlo en casa. Dos horas después aún no había terminado. Quise dejarlo para la mañana siguiente, sabía que me levantaría con la ilusión de seguir trabajando en mis sueños, acompañados de una taza de café, aunque los haya empezado con vino.
Dormí 4 horas, a pesar de eso, me levanté enérgica. Le di los toques finales al tablero y me sentí súper feliz al verlo terminado. Las tres fases las disfruté muchísimo, el ambiente, la compañía, la energía, todo fluyó y conspiró a nuestro favor. Realmente nos sentimos realizadas.
Creer para ver
El primer paso para crear o lograr algo, es tenerlo primero en tu mente, imaginarlo. Y siento que cobra más fuerza si logras plasmarlo en algo que logres ver todos los días. Esa frase cliche de que “todo lo que piensas lo atraes” lo he vivido en carne propia, me han pasado cosas que no son casualidad. También, he experimentado que no importa el cómo, Dios o el Universo te lo darán. Un ejemplo, hace mucho tiempo decidí no sacarme más las cejas, ni un sólo pelito, me estaba preparando para “algún día” hacerme un diseño. No sabía con qué dinero, ni cuándo, ni dónde, pero quería dejarlas en su estado natural para que pudieran trabajar en ellas. Todos los días me veía en el espejo y decía: algún día alguien les hará un diseño, algún día serán bonitas, algún día me atreveré e invertiré en ustedes, sin pensar realmente en que esto pudiera suceder. 
Google: el poder de la mente.
Un día me llama la chica que me colocaba las pestañas, tenía muchos meses sin hablar con ella (muchos) la mujer me ha dicho: ¿quieres ser mi modelo para hacerte un diseño de cejas? Es gratis, solo tienes que venir a las 7:00pm.
Whats? No lo podía creer, bueno sí, sí lo puedo creer. Actualmente, forma parte de mi vida meditar, visualizar, hacer afirmaciones. Escucho a Louise Hay todo el tiempo, una de sus afirmaciones dice: “Recibo dinero de fuentes inesperadas” y no sé por qué, pero esa afirmación siempre esta rondando en mi mente. Para mi, esa frase no necesariamente significa obtener el dinero tangible en tus manos (aunque sí pueda pasar) sino que el Universo puede premiarte de diferentes maneras. En este caso recibí una micropigmentación valorada en $360. Como estas situaciones, han pasado varias.
Espero que a través de mis palabras, se inspiren a creer para ver. A trabajar, pensar y actuar por sus metas, sueños, sin limitaciones. Dentro de nosotros están todas las respuestas, al escoger nuestros pensamientos, estamos creando nuestro futuro.

“Un ganador es un soñador que nunca se rinde”.
 - Nelson Mandela.
Adriana Samaniego.