miércoles, 18 de enero de 2017

Naturaleza y vida



El pulmón de Caracas

En vacaciones decembrinas quería ir al Ávila pero, no quería ir sola por la inseguridad que se vive en el país. Para nadie es un secreto que la vida del venezolano es una ruleta rusa donde sabes a qué hora sales pero no si regresas.
Mi profe de “funcionales” me escribió el lunes que si quería subir al Humboldt el miércoles por Sabas Nieves y sin pensarlo dije: sí. Una de las mejores decisiones de mi vida, así de dramático lo digo, ahora entenderán por qué. El martes me dediqué a comprar algunos dulces y provisiones para subir porque créeme, el azúcar será tu mejor amigo para acompañarte a esta aventura.

Pisando firme
Desde el primer momento que pisé la entrada la energía que sentí era diferente, éramos tres personas y las tres sentíamos lo mismo. Definitivamente almas con energías similares se encuentran, Carolina, mi profe llevó a una amiga y las tres estábamos en la misma sintonía, me sentía en confianza y vaya que eso me cuesta. Comenzamos a subir, con un poco de nervios porque siempre le he tenido respeto a Sabas Nieves, pero le dije a mi mente: epa, ya basta de prejuicios, deja que todo fluya. Y emprendimos el viaje de la vida, literal.

La Guaira
Todas las situaciones que me ocurren las comparo con la vida misma, porque al final la vida es eso: situaciones. A veces nos aferramos a buscar la felicidad o a conseguir un objetivo sin disfrutar el proceso y como dijo Lennon “la vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes.” Es decir, si te preocupas únicamente por conseguir una meta y no observas lo que pasa a tu alrededor, te estás perdiendo lo bonito de conseguir el objetivo.

La magia de la montaña

En fin, ya nosotras habíamos subido al Humboldt por la ruta de San Bernardino donde la experiencia fue increíble. Esta ruta es más corta, el camino es mas plano, el clima es húmedo, la montaña es más cerrada, la naturaleza es boscosa, siento que es montaña adentro, todo parecía un paraíso, un bosque encantado y la compañía me encantó porque fui con una de mis mejores amigas de la universidad, Estefanía. En cambio, subir por Sabasnieves es encontrarte con subidas y bajadas, el clima es húmedo y seco, con vegetación diversa, con paisajes extraordinarios. Definitivamente te encontrarás con varios lienzos pintados por Dios ¿en qué estaba pensando ÉL cuando creó esta belleza? Solo alguien con magia, paz y sabiduría podría hacerlo.


Desconéctate para que te conectes

De todas maneras, adentrarse en la montaña por cualquier ruta para mi significa desconectarse para conectarse. A lo que iba, este viaje lo comparé con la vida porque a pesar de que la meta era el Humboldt, lo más interesante fue el camino y me detuve varias veces para disfrutarlo. Las caídas, los obstáculos, los chistes, las buenas conversaciones, la comida, la compañía. Nos encontramos con piedras gigantes de tranca parecidas a las que caían en la tragedia de 1999 que tapiaron La Guaira, pues aprendimos a encaramarnos en ellas. Cuando de supervivencia se trata los humanos somos capaces de lo inimaginable, el miedo se queda atrás sólo tenemos que intuir cuándo se enciende la lucecita que muchas veces tenemos apagada en nuestra alma. También, nos encontramos con avispas y no pudieron con nosotras no sé si porque parecíamos “tupamaros” o porque nuestras prendas funcionaron, pero pudimos superar las pequeñas y grandes cosas.

Así es la vida, de eso se trata, de superar cada situación que se presente y si tienes a tu lado a personas agradables pues mucho mejor. Siempre digo que a nuestras vidas llegan almas para amenizarnos el viaje, para enseñarnos algo y otras se van por la misma razón. Todo pasa por algo y siempre debemos ser agradecidos.
Adriana Samaniego.

Escrito el 10/1/2017

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