miércoles, 11 de octubre de 2017

Todo es para siempre.


Almas con energías similares se encuentran, siempre hago referencia a esta frase porque lo he experimentado. No sé si se han percatado, pero en situaciones puntuales aparecen destellos, señales que nos indican cuando lo estamos haciendo bien o mal.

No creo que a la vida lleguen personas por casualidad, naturalmente estamos conectados para conocernos en algún momento concreto y ayudarnos de una manera determinada. Aquí no existe hora, lugar o espacio, simplemente sucede y después -si estamos dispuestos a abrir los ojos, captar lo sutil y no lo obvio- entendemos y agradecemos este encuentro. Por ejemplo, no es casualidad que mis amigas de la infancia y yo nos encontremos juntas en un país diferente al de nuestra crianza, ¿por qué ellas y no otras? ¿Por qué en este momento y no en otro? ¿Por qué yo estoy aquí? Es increíble como Dios, La Divinidad, El Universo, (como le quieran llamar) se encarga de hacerte vivir las experiencias que necesitas para poder avanzar y crecer.

Debemos identificar qué nos quiere dejar esa persona, qué aprendizaje podemos obtener de ella y de la misma manera preocuparnos de iluminar nuestra parte, ser luz para la vida del otro, ser nosotros mismos. Aceptar que existen los contrastes, las discrepancias de pensamiento, las distintas formas de crianza, es ir avanzando con el ritmo de la naturaleza. Un ritmo paciente, amoroso, contundente, el cual no debemos creer irrelevante.

Por otra parte, dicen que nada es para siempre, pero difiero de esta creencia corriente mientras el recuerdo perdure en el corazon y el aprendizaje en la consciencia. Este aprendizaje que obtenemos a lo largo del camino es eterno y los seres que llegan o se van de nuestra vida también lo son. Como dije anteriormente, todos vinimos a este mundo a dejar una huella en la existencia de nuestros amigos, familiares, etc. Entonces ¿cómo podemos pensar que nada es para siempre? Esa experiencia es y será parte de tu vida, ya sea en pasado, presente o futuro, pertenece a tu proceso de formación.

Entonces, bendice y agradece cada situación, todo es para tu evolución.
Adriana Samaniego

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